Entonces llegaron las obligaciones laborales y casi al mismo tiempo las familiares, el trabajo, mi maravillosa mujer, mis queridos hijos, una vida donde no tenía cabida el asueto para dar rienda suelta a mis pinceles. De repente, sin saber cómo, los olvidé, dejé que el polvo los borrara, los desdibujara, de repente ya no estaban.
Liberado de obligaciones y con más tiempo libre, volvió a llamar a mi puerta aquella pasión que creía perdida, pero que nada más lejos de la realidad, tan solo estaba aparcada, escondida, esperándome impaciente. En el año 2000 me inscribí en un taller de pintura en la Casa de la Cultura de Churriana, y volvió a despertarse en mí la necesidad imperiosa de crear, dibujar, colorear, plasmar todo lo que mi cabeza y mi corazón necesitaba expresar. En aquella época realicé diferentes trabajos de óleo y pastel, la mayoría de ellos se convirtieron en regalos a mi familia, y con ellos perviven. En mi casa quedan dos, un óleo y un pastel.
Entrado 2.018 decidí iniciarme en la acuarela, como siempre ávido de nuevos conocimientos, estuve varios meses aprendiendo con una gran pintora de la zona de El Palo, en Málaga, a la que admiro y agradezco sus enseñanzas.
Mis ganas de hacer algo nuevo y diferente continuamente, a raíz de andar inmerso en el mundo de la fotografía como hobby, me llevaron a proponerle a un amigo fotógrafo realizar un libro con fotografías de todos los pueblos de la provincia de Málaga que se ha convertido en un trabajo precioso, único y exclusivo, del que estamos muy orgullosos. Tenéis toda la información en este enlace: https://360malaga.es
Entonces llegó la cuarentena, a mí, alma inquieta, me encierran, y como no hay mal que por bien no venga, pincel en mano y caballete galopando retomo mis acuarelas. Las primeras de aquella manera, poco a poco algo mejor, pero con muchas carencias todavía. Una al día, “Diario de una cuarentena”. Y cómo la cabra siempre tira al monte, me lancé en picado al acrílico, medio confinado, medio jubilado, a día de hoy, en diferentes tamaños de lienzo, tengo acabados 14 acrílicos, 34 acuarelas y 1 óleo y sigo.
Un amigo, casi hermano, de Valdepeñas, que entiende bastante de arte, en varias ocasiones me ha dicho que qué pena no haberme dedicado antes a la pintura, que estaba desperdiciando mi talento, a él se han unido más vocecitas que me animan e insisten para que prepare una exposición, y yo, obediente y emocionado a partes iguales, les voy a hacer caso
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